En el día a día, utilizamos los brazos y las manos durante el trabajo, para sostener objetos, escribir, conducir, cocinar, etc. El masaje en estas zonas descarga las tensiones de la vida cotidiana y genera un maravilloso efecto placentero. El masaje de cara, además aporta una sensación de bienestar también mejora el aspecto del rostro, favorece la circulación y previene el envejecimiento. Perfecta combinación para tener un efecto relajante y al mismo tiempo terapéutico.
Duración: 25 – 50 min.